Hoy les quiero hablar de un tema que tal vez ustedes muchas veces ya han oído, pero cuando yo lo estudiaba me di cuenta que hay muchas cosas que necesitamos aprender y reforzar, el mensaje se trata de ¿Qué es el perdón?
Ustedes y yo estamos viviendo en una sociedad que ha sido quebrantada y herida en muchas áreas de la vida, vemos actualmente que las personas viven frustradas y amargadas porque en su corazón algo les sucedió, pero sabe que es lo más lamentable; que aquello que vemos allá afuera, como el dolor, tristeza, amargura, falta de perdón, etc, eso también lo vemos en la iglesia de Jesucristo.
Aunque muchas veces tratamos de amar a Dios y de corresponder al amor que Él nos tiene, aunque intentemos cumplir con todos sus mandatos, más si estamos heridos en nuestro corazón, sólo vivimos a porciones lo que el Padre consumó a través de su hijo Jesús. ¿Hermano sabe usted que Jesucristo no se dio en porciones?, Él se dio por entero, el Padre envió a su hijo por completo para darnos vida, y vida en abundancia. Entonces, si el hijo de Dios ya vive en nuestros corazones, ¿por qué seguimos viviendo con ataduras y amargura?
Ahora le respondo, la razón es porque el enemigo se ha encargado de engañarnos, Satanás ha engañado desde el comienzo; y todo lo que nosotros vivimos fuera del propósito eterno del Padre es un engaño. El propósito eterno que tiene Dios para nosotros, es que podamos vivir en comunión con Él, por tanto; todo lo que nos aparta de esa verdad eterna, termina siendo un engaño, y fíjese que la Palabra de Dios dice que “engañoso es el corazón” (Proverbios 4:23).
Cómo podemos adorar y amar a Dios cuando tenemos un corazón herido, tal como lo demanda el Señor en el primero de sus mandamientos, sí tenemos un corazón sangrando no podemos bendecir a otros ni hacer bien la obra de Dios, simplemente no podemos hacerlo porque nadie puede hacer algo para Dios si no tiene un corazón limpio.
Ahora bien, les tengo una buena noticia, Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón, su sangre se llevó nuestra amargura, nuestra tristeza, nuestro luto, a través de la sangre del Cordero podemos tener un corazón limpio. Sin embargo, debemos tener algo totalmente claro, nuestro corazón está constantemente delante de la presencia de Dios.
Iglesia, hoy les quiero decir algo, podemos tener dones y talentos, llamados y asignaciones de parte del Señor, pero si tu corazón no es el correcto Dios no puede hacer lo que Él quiere hacer contigo. Y esto no es un problema de Dios ni de otra persona, el estado de nuestro corazón no es responsabilidad de alguien más sino sólo nuestra, puesto que somos nosotros quienes daremos cuenta al Señor de nuestro corazón.
Existe una medicina para poder perdonar, se llama amor, y la única fuente perfecta de amor es Dios mismo, solamente el Padre nos puede llevar a soltar todo aquello que nos tiene atados y que nos impide disfrutar de una vida plena en Cristo Jesús.
Profeta Mackarena Pérez