Una de las cosas que debemos entender es la madurez espiritual, como está establecido en 1 Juan 2:12-14, es por ello que les hablaré sobre alcanzar la madurez espiritual.
Durante nuestro crecimiento no nos podemos pasar los procesos porque cada uno te ayudan para no fracasar.
Nadie llega a decir que es maduro sino pasa tres etapas.
1.- El creyente que comienza con la niñez de su crecimiento: Efesios 2:1
El que entregó su vida a Jesús es un bebé y es llamado hijo y los que son llamados hijos están dispuesto a madurar.
En 1 Corintios 13:11 ¨Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño¨, observamos que dejar de ser niños espirituales es una determinación personal y esa transición se debe hacer porque Dios tiene cosas grandes, pero es necesario madurar.
Cuando se es niño espiritual se juega a ser cristiano y no se involucra en el servicio de la iglesia.
2.- Los jóvenes: Es una etapa que es necesario llegar, los jóvenes tienen fuerza en Dios para pelear en contra del pecado y pararse en la brecha.
3.- El padre: aquí ya se tiene un conocimiento avanzado ya estamos en la cúspide de la madurez.
Un creyente con una madurez en crecimiento en este nivel de padre ha llegado a conocer a Cristo íntimamente más profusamente con una sabiduría más avanzada.
Lo que usted haga, los dones que tiene o el rango que posea no quiere decir que ya sea una persona madura, porque constantemente estamos madurando, es un carrera continua, de toda la vida hasta que Cristo venga.
¿Cuál es la razón por la que una persona que experimentó el amor de Dios cambia y vuelve atrás?, porque no ha madurado.
Un hijo cuando ve la naturaleza humana del padre lo cubre, mientras que el creyente lo traiciona.
Es el tiempo de madurar, no importa si tienes dos meses asistiendo a la iglesia, un mes que recibiste al Señor en tu vida, lo importante es que permitas que Él haga y que te dispongas a crecer en el Reino… ¡Es hora de crecer, de avanzar!