La fe no tiene que ver con la razón, porque cuando usted opera con la razón opera por vista y debemos operar por fe.
Todos hemos recibido una medida de fe y la Escritura nos enseña que vamos a ir de fe en fe, lo que quiere decir que, debemos trabajarla para que esta crezca. Para que entendamos esto, el día que usted y yo le entregamos nuestra vida a Jesús, recibimos una medida de fe para creer en Él pero esa fe no nos sirve para sanar enfermos o hacer milagros, debemos hacerla crecer.
Para que alguien tenga fe, primero debe tener duda, porque la duda me hace creer. Por eso, para hacer crecer nuestra fe debemos romper con la razón, porque la mente siempre te va a decir que es mentira. Es importante testificar lo que Dios ha hecho en usted para que pueda crecer su fe, cuando testificamos del poder de Dios en nuestras vidas, nos conectamos con nuestro próximo milagro, por eso debemos trabajar la fe.
“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”, Habacuc 2: 2-4.
¿Qué es la fe? La fe es la locura de Dios, usted haga algo loco creyendo que Dios le va a cumplir, porque debemos llamar las cosas que no son como si fueran, porque el Señor es el Dios de lo imposible, y Él quiere romper con nuestra incredulidad.
Tenemos que empezar a mover los ambientes espirituales este año, lo que tú le vas a pedir al Señor, Él te lo va a conceder, porque si Él dice, Él lo hará. Lo que pediste si no te lo da Dios hoy, sigue creyendo que mañana o pasado te lo dará, Él va a responder al nivel de tu fe, si tu fe es poca la respuesta será de ese tamaño, pero si tu fe es grande tu respuesta será grande.
Este año va a ser un 2020 de sorpresas, lo que recibirás dependerá del tamaño de tu fe, así que creele en grande a Dios, debes decir no lo veo pero lo creo.
Los judíos estaban esperando un Mesías, y él ya estaba con ellos, pero no lo reconocieron y lo terminaron matando. Los religiosos de aquel tiempo no le creían a Jesús, los milagros que el Señor hacía les ofendía su religión. Hay cosas que te van a ocurrir que van a ofender a alguien y esa persona te dirá que es mentira porque su religión sólo le permite contender, pero nuestra fe no está puesta en un hombre ni en una iglesia, sino en el Dios que todo lo puede.
En Marcos 5, podemos ver que la mujer con el flujo de sangre lo había intentado todo y nada la sanaba, así que creyó en su corazón que si tan sólo tocara el borde del manto de Jesús sería sana, ella se humilló y se rindió ante el Señor, de esta manera alcanzó su milagro, lo provocó.
Pueblo, los milagros siempre están allí disponibles, sólo falta alguien que crea y los arrebate.
Vemos en Lucas 22: 31-32, que el intercesor de intercesores está ante el Padre intercediendo por nosotros, ese es Jesús.
La prueba no debe robarte la fe, debe empoderarte en fe. Usted en vez de estar llorando, aunque le duela, empiece a agradecerle al Señor por la prueba, porque en medio de ella estás siendo llevado a un nivel mayor.
Lo que te lleva a una medida mayor de fe, es la prueba. Muchos tiraron la toalla en la prueba y no recibieron su bendición, hay otros que decidieron seguir creyendo aún en medio de la prueba. ¡Y recibieron la victoria!