En la mañana tuvimos un mensaje poderoso y en esta oportunidad quiero continuar porque Dios tiene más para nosotros.

Una de las cosas que quiero hablarles es sobre nuestro comportamiento cuando comenzamos una relación con el Señor y es que ese primer amor que teníamos era provocado por la pasión.
Cuando se ha perdido el primer amor es porque se ha perdido la pasión, es por ello que quiero enseñarles cómo volver a encender nuevamente la pasión por Dios.
El bautismo fresco del Espíritu Santo viene para despertar la pasión y reavivar el fuego, ya que Jesús refiere que perder el primer amor es un pecado. Dios nos dice que debemos arrepentirnos por perder el primer amor y la pasión por su presencia, debido a que son pecados y por los que se entra en un estado de tibieza de acuerdo a lo establecido en Apocalipsis 2:4.
¿Recuerda usted cómo era cuando le entregó su vida a Jesús? Usted le predicaba a todo el mundo, no tenía vergüenza, quería estar en todas las actividades, era el primero en llegar a los servicios y veía al pastor y decía “yo también quiero ser un pastor”, y entonces ¿Qué pasó? Hay una influencia que es la influencia de este mundo relacionada al pensar simple.
En el libro de Apocalipsis 2:2-3 nos señala que no desmayemos y el significado de esta palabra es tirarlo todo, es cerrar la casa de paz, es tirar el liderazgo y es entregar el pastorado.
Las personas dicen que estos 100 días con las pandemia han sido duros y necesitan un descanso y si usted está pensando así usted perdió el primer amor y la pasión, porque Dios ha sido fiel con usted, Él no para y cumple su pacto.
Se imagina usted que Dios le diga en su oración “Hijo me voy a tomar tres meses de vacaciones, así que no me ores ni me moleste” ¿Cuál sería su reacción? Entonces porque usted se da el derecho de tomar esa decisión si Dios no descansa para usted.
Dios es un Dios de pactos y cuando le entregaste tu vida a Jesús entraste a esa pacto y Él te dice no desmayes.
En Apocalipsis 2:5 nos ordena que nos arrepentimos y volvamos a las primeras obras, sino Él quitará su candelero y ese candelero es símbolo de su presencia y su fuego y en medio de una crisis no se debe estar tibio sino caliente.
Para que el fuego se produzca debemos tener nuestra vida entregada delante del altar de Dios porque si dejamos de traer sacrificios el fuego se apaga.
¿Cuáles son los sacrificios? Adoración, alabanza, ofrenda, ayuno, estudio y todo aquello que nos lleve a sacrificar los deseos de la carne y en la medida que traigamos sacrificios el fuego de Dios descenderá.
El fuego de Dios viene por tres razones:
1.- Juicio.
2.- Santificación.
3.- Pasión.
En este mundo a la gente que está en el fuego de Dios le dicen fanático y loco, entonces si no te están llamando de fanático quiere decir que no estás en el fuego y está complaciendo al espíritu de este mundo.
¿Sabes por qué te critican? Porque están criticando la unción que está en ti y quieren que pierdas la pasión.
Entendiendo todo esto vamos a ver ¿Cómo encender la pasión por Dios?
Jeremías era un profeta llorón porque en ese tiempo al pueblo que el tenía que hablarle era terco.  Entonces fijese en esto, este profeta está llorando le dicen lo que debe decirle al pueblo y Dios le dice voy hacerte una frente de pedernal porque este pueblo es muy duro.
Ahora bien miremos lo que expresó en Jeremías 20:9, este profeta llorón en un momento dice “Ya no quiero más “, pero había algo dentro de él metido en sus huesos que no podía sacarlo.  El malgasto más grande que una persona puede tener en su vida es no tener pasión por Dios.
¿Qué es pasión? Es una fuerza interna, sobrenatural que te impulsa o que te motiva para ir adelante. Entonces la gente sin pasión es gente que no se mueve y pierde su vida sino hay pasión en lo que hace.
Esta fortaleza divina es para algo o alguien; es decir, es la razón para vivir, se pierde la vida sino se tiene pasión.
La pasión te hace disfrutar, te impulsa para hacer y ser. Que extraordinario es cuando alguien se enamora y hace todo lo que sea para conquistar a esa persona.
Nunca pongas hacer algo a alguien que no tiene pasión por lo que le mandaste hacer porque nunca va a producir nada.
Pasión es lo que usted es y te motiva diariamente, es tu identidad, muestra tu llamado y te lleva hacia adelante a cualquier precio.
El fuego del Espíritu Santo es el que produce la pasión y te dice tienes que seguir.
La primera Iglesia fue movida por la pasión; sus miembros fueron perseguidos, vituperados y asesinados, pero nunca se detuvieron siempre fueron hacia delante y gracias a Dios y a la pasión de ellos nosotros conocemos la Palabra. Sin pasión se tendrá una Iglesia casual, no comprometida, indiferente y pasiva.
El espíritu de esta edad niega la pasión por Dios y la remplaza por optimismo y entusiasmo y estas dos cosas no producen poder y si no hay poder no hay cambios, es por ello que usted va a un médico y lo que le da mediante una pastilla es entusiasmo y usted sigue igual.
Cuando hay pasión hay poder y ese poder de Dios es el que produce cambios. Nunca hagas nada sin pasión porque sino no producirá nada. Cuando no hay pasión el dinero será  un impedimento para servir a Dios a tiempo completo y cuando hay pasión usted sabe Dios es pagador y paga bien.
Los hombres de la Biblia estaban bautizados en fuego y eso les producía pasión de servir a Dios ejemplo de ello está David y lo vemos en el Salmos 27:4.
La pasión de Jesús fue hacer la voluntad del Padre, porque Él sabía que iba a pasar una tribulación terrible pero en su mente nos estaba viendo a nosotros. Cuando pases por prueba recuerda que después hay una recompensa.
Entendido todo esto ¿Qué hace la pasión de Dios en nosotros?
1.- Hace que venzamos el sufrimiento. Hechos 1:3 y Hebreos 12:2.
2.- Hace que hagamos; es decir, no miramos el problema sino la salida. Juan 4:34.
3.- Es medida por lo que hacemos y no por lo que decimos.
4.- Hace que persigamos algo hasta que lo consigamos y no perderlo.
5.- Hace que deseemos más de Dios.
6.- Nos hace contagioso.
La evidencia que tienes pasión es que está constantemente detrás de tus sueños.
Hay dos formas de discipular a alguien la disciplina y la pasión; la disciplina es agradable cuando hay pasión.
La fuente de la pasión es el propósito y el llamado, la gente que no tiene pasión es porque no conoce estas dos cosas.
En esta nueva era que hemos comenzado, la última, la del remate, requerimos pasión para vivir en ella en estos tiempos finales.
Declaro que la pasión de Dios por su presencia vuelve a ti para que vayas en pos de tu llamado y propósito. Dios aviva el fuego para que corras por tus sueños en Él.