La Palabra nos enseña que Jesús estaba muy quieto en un lugar y de repente dice: me es necesario ir a Samaria. Esta palabra “me es necesario”, quiere decir que alguien estaba clamando, orando, o ayunando en esa ciudad, lo que llamó la atención del Señor, entienda esto; alguien puso una demanda en el Espíritu de Jesús, para que Él fuera a Samaria, donde se encontró con esta mujer que conocemos como la Samaritana.

Asimismo, en este momento puede haber alguien que está poniendo demanda en Jesús por su familia en esta ciudad, en este o cualquier otro país, hay alguna persona que está diciendo “yo sé que mis finanzas pueden mejorar, que hay una salida para mi situación, yo sé que puedo ser sano del Covid-19”.

Pueblo, cuando Jesús se encuentra con la samaritana, comienzan a conversar, pero recuerde que los judíos y samaritanos eran clases sociales diferentes que no compartían ni hablaban entre sí; por lo que Él rompe todo paradigma y esquema natural por la necesidad que había en esta mujer.

Fíjese que luego de que Jesús se revela a esta mujer y ella rinde su corazón a Él,  “Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come” Juan 4:31. Los discípulos pensaban que Él tenía hambre, porque habían caminado un largo trecho, y Jesús se quedó en el pozo mientras ellos iban a buscar de comer, sin embargo; en el versículo 32 el Señor les responde “Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis”. Lo que nos da a entender que, Jesús tenía una comida secreta, que los discípulos aún no lograban comprender, por eso es que en el versículo 33, ellos se preguntan si alguien le había llevado comida a Jesús.

Ahora bien, con este relato de la Biblia quiero que usted entienda el presente continuo de Dios, en la nueva era dónde estamos. En Juan 4:34, Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Lo que Jesús quería darles a entender a los discípulos, es que su comida era evangelizar, ya había comido porque se había ganado a la samaritana para el Reino, porque su misión era ganar almas.

La enseñanza continúa en el verso 35 cuando Jesús les dice: ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Con esto el Señor se refiere, a que el tiempo es ahora, no hay necesidad de esperar cuatro meses para ganar almas porque la cosecha está lista, quería que los discípulos se dieran cuenta que ya estaba todo listo, que sólo necesitaban creerle al Padre y atreverse.

En ese mismo sentido, el versículo 36 dice algo tremendo, “Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Se lo diré de esta manera, el que gana almas recibe salario, quien gana almas también gana puntos en el Reino, porque va a llegar un momento, el cual yo creo que es ahora debido a que en la nueva era todo está siendo acelerado, sucederá que uno irá adelante sembrando y otro vendrá detrás cosechando, y los dos se van a gozar conjuntamente, tal como está escrito en el verso 37 de Juan.

Y sigue diciendo Jesús en el versículo 38, “Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Es decir, muchos sembraron en esa familia, en ese vecino o compañero de trabajo, pero usted va a tener el beneficio de poder cosechar y recibir lo que otro ya trabajó. Ocurre después de esto, en el verso 39 que “Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho”.

Hay algo interesante en este último verso, y es que esta mujer no habló de ella sino que presentó a Jesús, dijo este hombre me parece que es profeta, Él me ha dicho toda mi vida. Los Samaritanos le pidieron a Jesús que se quedara, para que echara fuera demonios, a sanar a los enfermos, y el Señor se quedó dos días, y dice el versículo 41 “Y creyeron muchos más por la palabra de él”.

Quiere decir, que cuando la mujer testificó de Jesús tal vez creyeron cien personas, pueden ser más o pueden ser menos porque no dice un número exacto; pero lo tremendo de esto, es que cuando Jesús se queda dos días en Samaria y manifestó el poder sobrenatural, dice la Biblia que creyeron muchos más.

Al principio de esta enseñanza, vimos que Jesús no tenía en su agenda ir a Samaria, por eso es importante querida Iglesia que en esta nueva era rompamos con nuestras agendas personales, que dejemos de pensar en nosotros y en nuestras propias necesidades, cuando nosotros nos involucramos en la obra del Señor entonces Dios suplirá todas nuestras necesidades.

Hay personas que a pesar de la situación que estamos pasando con el Covid-19, aún no hace el reinicio en sus vidas, y piensan en un plan para cuando salga de esto, pero no se dan cuenta que no se trata de nuestra agenda sino de la voluntad del Padre. En la nueva era lo que debemos hacer es como dice la Palabra de Dios, buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas las cosas serán añadidas.