Tomaremos el ejemplo de Jesús para saber cómo enfrentar la crisis, leamos lo que señala Lucas 22:39-44:

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.

40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Todo lo que nuestro Señor Jesús hizo en la tierra fue para nuestra victoria. Quizás el mundo y el enemigo vieron momentos de derrotas en Jesús, pero fueron parte del cumplimiento de su propósito.
En el texto que acabamos de leer podemos ver lo que ocurre luego que Jesús estuvo con sus discípulos en la Santa Cena; dice que estaba apresurado por orar porque Él sabía lo que venía y justamente por estar en carne tenía emociones adentro.
¿Qué ocurre cuándo vienen las crisis? En nuestra carne nos desesperamos, hay quienes salen corriendo a buscar cosas incorrectas, pero una vez más Jesús nos enseña que debemos correr a la presencia de Dios a orar.
El segundo punto dice que “estaba en agonía”, lo que significa pena o aflicción extrema, angustia y congoja del moribundo, estado que precede a la muerte, angustia o congoja por un estado espiritual, todos estas definiciones provienen del Diccionario de la Real Academia Española, pero fueron cosas que experimentó Jesús al saber que venía la Cruz del Calvario.
Entonces podemos ver que Jesús experimentó esta crisis, pero se levanta y hace la voluntad de Dios. Hoy día aún estamos en una crisis a escala global, donde muchos han experimentado cosas fuertes, pero aunque vengan sombras de los demonios la Luz de Jesús vendrá sobre su vida.
Para poner en práctica la fe se necesita decisión, carácter y valor, entendiendo esto podemos notar que Jesús cumplió todo.
Ahora bien, ahora veamos cómo levantarse como Jesús en tiempos de crisis:
1.- Poniendo a Dios primero: Veamos esto desde el punto de la fe analizando lo que establece Lucas 18:7-8; es decir, no dejemos de confiar en Dios, porque Él nos hará pronto justicia. Confiar en Dios implica considerar y creer lo que dice Él en su Palabra que es la fuente inagotable del ánimo. Dios nunca dejará de proveer y poner en práctica lo que quedó registrado en Mateo 7:9-11
2.- Alimentarnos de su Palabra: Debemos regresar a la Palabra de Verdad, porque más que nunca su verdad debe ser desatada en la tierra, es saber lo que significa la Roca y tener entendimiento de su sacrificio para posicionarse en ese lugar y ser inamovible. A través de la misma Palabra como señala Romanos 10:17, la fe crecerá dentro de usted, aunque a través de otros textos podemos encontrar revelación, aun éstas siempre nos llevará a su Palabra, porque su misma Escritura dice que “Cielo y tierra pasarán, pero su Palabra no”.
3.- Ejecutar el propósito de Dios en mi vida: Implica saber que Dios nos ha creado y formado por un propósito y Jesús al no poner la confianza en sí mismo sino en Dios; porque a pesar de sentirse conmovido por lo que estaba por acontecer, puso su confianza en Dios. No podemos olvidarnos de lo que menciona Romanos 8:28.
Quizás la pandemia es lo que ha tomado protagonismo en el día a día, pero la crisis es una palabra que guarda relación con desorden, es por ello, que vemos muchas malas noticias en cualquier área, pero por encima de todo esto debemos estar firmes en su presencia y en su Palabra.
Pueblo de Dios por sobre todos las cosas, que Jesús no nos encuentre durmiendo, sino vigilante, en ayuno, en constante oración y meditando en su Palabra.
Hoy unifiquémonos en oración a Jesús, que se despierte nuestro corazón nuevamente y se enlace con el de Él, y le pedimos perdón por poner nuestra confianza en otras cosas y no en Él, perdón por dudar en este tiempo de crisis, y hoy nos alineamos una vez más a su propósito y ponemos nuestra confianza en su Santo Espíritu y en su Palabra.
Hermanos, anhelemos que cuando vengan los tiempos difíciles, tengamos la misma actitud de Jesús.