Hoy quiero llevarlos a un incidente de la vida de Jesús que se encuentra registrado en los tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas). En la religión judía había solamente un dia de ayuno obligatorio, el del dia de la expiación. Pero los judíos estrictos ayunaban dos días por semana, los lunes y los jueves. De ahí surge la pregunta ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? encontrado en el Libro de Marcos 2:18.
Después de una boda judía, la pareja no se iba para la luna de miel, sino se quedaba en casa. Durante una semana mantenían la casa abierta y estaban de fiesta y de celebración. Los más íntimos de los novios estaban invitados aquella semana. Para que veamos mejor el contexto, lo encontramos en Marcos 2;19-20. “Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán”.
Eclesiastés 3;1-4. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo do destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar.
En este y en otros incidentes más con los líderes de la religión organizada de su tiempo, Jesús dejó bien claro que Él no vino a sujetarse a las reglas, ordenanzas, tradiciones y ritos del judaísmo intransigente e inflexible. Él no vino a complacer a los religiosos de su tiempo que cargaban al pueblo con una serie de tradiciones y reglas imposibles de cumplir.
Leamos lo que dice Mateo 11:25 . “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”. Él no vino a mantener y a defender un sistema religioso caduco que no ofrecía gracia ni misericordia a un pueblo esclavo del pecado.
El vino para que en Él, tuvieran acceso camino nuevo y vivo para que todos los que depositaran su fe en Dios Padre no dependieran de obras muertas. Lo establece Hebreos 10:20:. “por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”
Para reforzar su firme posición en este sentido, Jesús la ilustra con dos parábolas diferentes, pero con la misma interpretación. Pretender obligar a sus discípulos a ayunar siguiendo las viejas tradiciones de los judíos era tan inapropiado como remendar un vestido viejo con una tela sin remojar.
¿Se imagina usted usando un beeper cuando puede tener en su mano un teléfono inteligente? eran esos aparatos que solo le daban alerta de una llamada, pero no podía regresarla del mismo equipo, tenía que buscar un teléfono para contactarse. Se imagina usted a un doctor de hoy usando la instrumentación médica de hace 2 años atrás?
Jesús refuerza la enseñanza diciendo: “Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Asi el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos.” (Marcos 2;22. TLA).
El odre al que se refiere Jesús era una bolsa hecha de cuero, usualmente de cabra y en tiempos bíblicos se usaba especialmente para contener líquidos. Los odres viejos solo podían utilizarse para guardar vino viejo en tanto que el vino nuevo se guardaba en odres nuevos para que al fermentar y emitir los gases pudiera resistir. La piel de los odres nuevos era flexible y elástica.
Para el Señor Jesucristo era un imposible encerrar evangelio de libertad y amor que él predicaba (vino nuevo) en un sistema de reglas, ordenanzas, tradiciones y ritos del judaísmo carente de flexibilidad (odres viejos). La nuevas verdades del cristianismo no debían ser puestas en las viejas formas del judaísmo.
Aplicando esta parábola a nuestro diario vivir encontramos que:
Jesús enseñó en primer lugar que el cristianismo demanda nuevos enfoques y nuevas estructuras. No es posible quedarse detenido en un pasado que pudo ser brillante en su tiempo, pero que llega el momento en que necesitamos re-enfocarnos hacia lo nuevo de Dios para la iglesia del presente. Pero necesitamos abrir nuestra mente y corazón al toque fresco y genuino del Espíritu Santo. Estar dispuestos a asumir nuevos desafíos, nuevos métodos, nuevas ideas para el cumplimiento de la Gran Comisión de Cristo a Su iglesia.
En segundo lugar, Jesús está enseñando que la nueva vida que Cristo ofrece (vino nuevo) es totalmente incompatible con la vida pasada representada en el odres viejo. Jesús dijo
La nueva vida de un cristiano no va bien con las antiguas tradiciones del mundo. Para la nueva vida espiritual que Jesucristo ofrece (vino nuevo), se hace necesario una vasija nueva (odres nuevos). La nueva vida que Cristo imparte no cabe en el sisterna de vida heredado del mundo y el pecado. Nuestra relación con Cristo modifica todos los aspectos de la vida.
En tercer lugar, Jesús nos enseña que como personas no debemos aferrarnos al pasado ni ser renuentes a experimentar algo nuevo y diferente en el presente. Es peligroso cuando nuestras mentes fijan, establecen y adoptan posturas rígidas, sin contemplar nuevas posibilidades.
El comentarista W. Barclay dijo: “El que algo se haya hecho siempre así, puede que sea la mejor razón para dejar de hacerlo. El que algo no se haya hecho nunca, puede que sea la mejor razón para intentar hacerlo.”
Josué y Caleb podrían haberse quedado en el desierto con el resto del pueblo, pero no estuvieron dispuestos a conformarse con algo menos que lo mejor. ¿Por que vivir en el desierto si podemos vivir en una tierra que fluye leche y miel? Por qué andar en bicicleta cuando podemos andar en carro?
Renunciemos a tener una mentalidad de “mantenimiento”. Que nuestra meta no sea simplemente que las cosas continúen como estaban, contentarnos con lo mismo de siempre, cuando lo que necesitamos hacer es esforzarnos para avanzar y desarrollarnos.
El Señor siempre nos sorprende con nuevas victorias, nuevos desafíos, nuevas metas, nuevas misiones, un nuevo horizonte. Jesucristo seguirá siendo un agente de cambios.