El día 6 de septiembre entramos en un nuevo año en el calendario judío-hebreo, y en el mismo estamos iniciando el año 5782. Durante los primeros días se celebra la fiesta de Rosh Hashaná, que significa cabeza del año.
Esta fiesta se celebra los primeros seis días del año, porque es en relación a cuando Dios comienza a crear todas las cosas. Esta fiesta es un llamado de atención para todos nosotros, es para salir de una temporada y entrar en una nueva temporada.
Cada una de estas temporadas tiene un nombre que Dios le ha dado, la de este tiempo se llama “La boca de Dios”. Cuando hablamos de la boca de Dios, es porque será Dios hablando a la iglesia.
Vendrán cosas buenas y malas, por eso hay cosas que debemos cambiar. Durante estos seis días antes de la próxima fiesta que se llama Yom Kipur, debemos prepararnos, escudriñar nuestro corazón, para poner lo bueno de Dios
Luego viene la fiesta de Sucot, también llamada la fiesta de los Tabernáculos, y dice la Palabra que Jesús vendrá en estas fiestas. Este es el tiempo en que la novia de Jesucristo debe llenar la lámpara de aceite, porque es cuando Jesús va a venir y debemos estar preparados.
En este tiempo, Dios te saca de tu esclavitud para llevarte a tu bendición, así como lo hizo Dios con el pueblo de Israel que los sacó de Egipto para llevarlos a la tierra prometida.
Todo va a ocurrir entre septiembre y octubre, en Sucot Dios le entrega las leyes a Israel en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento es donde nos vamos a sentar a la mesa en la boda del Cordero. Mientras que en Yom Kipur tenemos que cambiar de actitud, es el tiempo del arrepentimiento, mientras que Sucot es una fiesta de gozo y alegría, es el tiempo de alegrarnos.
Es importante conocer qué hay tres bautismos, el de Juan que es de arrepentimiento y nos lleva a renunciar a nuestros pecados para recibir a Jesús, el bautismo de Jesús que es para hacernos nuevas criaturas, y el del Espíritu Santo que nos da poder y trae los dones, cuando se recibe este bautismo no es el final de todo, es el comienzo de lo que está por venir, es un tiempo cargado de oportunidades divinas.
Cada persona que ha recibido los tres bautismos, es un pozo de bendición, porque dice la Palabra que dentro de nosotros fluyen ríos de agua viva.
Pueblo hay un gran avivamiento que se está gestando en la atmósfera espiritual, todo esto trae liberación, tener paz, salvación, protección.
Cuando nos arrepentimos de verdad, nuestra oración llegará delante de su trono. Dios nos está llamando a orar durante diez días a escudriñar nuestra corazón y todo lo que oremos será oído en el cielo, Dios nos va a responder y entraremos en Sucot, en la fiesta del Tabernáculo, donde hay alegría en el corazón porque el novio está pronto.
Este no es el final, es el comienzo de algo poderoso que viene a tu vida, a tu familia, a este país. Todo lo que tú esperas de Dios ya está cumplido, todo lo que tú quieres ya Dios te lo dio, ¡Créelo!