Hoy en día observamos hijos expresando muchas quejas y juicio hacia los padres porque pareciese que ven las cosas desde el dolor y falta de perdón, cuando la honra debe verse y expresarse desde la perspectiva de Dios.
Cuando la palabra nos demanda “honra a padre y madre…”, se refiere en tener en alta estima a esas personas, es una llave espiritual para que nos vaya bien en la vida.
Cristo fue quien nos dejó la revelación de este concepto desde el punto de vista espiritual y biológico, además de darnos ejemplo de una íntima relación y comunión con Papá.
Debemos valorar el esfuerzo de nuestro papá Creador, de nuestro papá biológico y espiritual, ese agradecimiento debe ser expresado con palabras y hechos, porque un corazón agradecido mantiene los cielos abiertos.
Lamentablemente, un hijo con raíces de amargura se aleja de la cobertura y no reconoce la paternidad.
Dios fue quien dio origen a la paternidad, Él como padre eterno fue progenitor de Adán y preocupado por extender a las generaciones su paternidad escogió a Abraham delegandole esta función y fuese llamado padre de multitudes para que a través de este pacto fuese expresado todo lo que estaba en el corazón del Padre.
La palabra padre significa originador, fuente de vida y sostenedor y de donde proviene algo.
La paternidad es una gran responsabilidad porque es expresar la paternidad de Dios, es por ello que tanto el padre espiritual y biológico deben buscar la fuente para recibir su revelación y así ser la expresión de Abba en la vida de sus hijos.
En Gálatas 4:6 vemos la expresión Abba, es otro concepto de padre y significa papito y uno a quien se le puede acercar confiadamente.
“ Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! “
Asimismo, podemos ver que entre las asignaciones de Jesús también está la reconciliación de los hijos con el Padre como lo establece Malaquías 4:6
“6 Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”
Dios es un padre personal y corporativo, Jesús como hijo nos enseñó a como acercarnos a Él tanto individual como familia dándonos ejemplo al expresar en el modelo de oración “Padre nuestro”.
En 1 Corintios 4:15 y Gálatas 4:19 notamos que como hijos somos engendrados física y espiritualmente, siendo esta última una función de un Apóstol, quien cumple el rol de padre espiritual.
– “15 Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”.
– “19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,”
Un padre espiritual y biológico imparte el amor de Dios, endosa valor, disciplina y corrige con madurez, educa y prepara a sus hijos para enfrentar gigantes, ministra fe para que siga adelante, lleva la carga y se hace responsable delante de Dios por sus hijos, es fuente y maestro, enseña virtudes y afirma la identidad de sus hijos.