Es un honor para mi poder estar en esta casa y poder dar lo que de gracia lo que de gracia he recibido.

 

Dios me ha llevado a enseñar sobre esto, y hacerle saber a su iglesia lo necesario de entregar desde lo que habita en nosotros.

Ante todo, aclarar que la fe va por medidas, la unción por niveles, a diferencia de la gloria de Dios que es por dimensiones, y cada dimensión lleva siete niveles, ¡imagine eso!

Entonces, tenemos que aprender a operar desde la presencia de Dios, no solo desde la fe.

En el libro de Génesis 1:26, dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Si leemos dice “hagamos”, es decir, el hombre fue hecho, hasta este punto entendemos, y quiero también que sepa que, lo único que está hecho a imagen de Dios somos nosotros, ni las plantas ni animales, ni ninguna otra cosa creado, por eso el enemigo nos odia.

Y en Génesis 2:7, encontramos:  Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” Acá conseguimos la palabra “formó”, hay otro significado y es que, cuando Dios creó al hombre, la Biblia enseña que le dio destino y propósito  antes de la fundación del mundo. En otras palabras, antes de todo, antes de ser formado, fue creado. Fuimos hechos en el espíritu, y formado en la tierra porque todo lleva un proceso. Su atmósfera y su ambiente es del cielo. Por tanto, los milagros no nos deberian causar tanto asombro, porque debería ser normal en nuestra atmósfera.

La Palabra nos da el privilegio de sentarnos al lado de Él, cuando ministramos lo hacemos desde nuestra silla de autoridad. Jesucristo está a la diestra del Padre, y nosotros estamos sentados juntamente con Cristo. Cuando hablamos debemos hacerlo desde la eternidad, desde la silla de gobierno. Un milagro no se produce de la tierra, se produce desde el cielo.

Hay una diferencia cuando usted ministra desde la presencia, de la gloria de Dios. En el caso de la unción se siente que sale virtud, entonces, siempre debe haber un momento para llenarse si o si.  A diferencia de la presencia, que habitando en Él todo estará lleno constantemente.

En el lugar que tengas dentro de la casa de Dios, seas ministro o servidor en cualquier área, tu estás dando algo, das del cuerpo, del alma y del espíritu.

En la presencia de Dios, ya la virtud se queda, porque no se trata de usted, viene de Dios, diferente a la unción. Quiero que entendamos que la presencia habita en nosotros, entonce siempre debemos estar llenos.

Salmos 16:11, expresa: Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

¿Por qué te desanimas cuando hay circunstancias difíciles? Recuerde, la presencia te da plenitud de gozo, debemos tenerlo presente.

 

Si vives en la presencia, en esa habitat, cuando usted se mueve va con usted,

No vivamos de lo que predican, de lo que come de otros, usted está en una atmósfera.

 

Características que marcan habitar en la presencia de Dios

  • Su presencia da vida
  • El amor que lo supera todo

 

Dios es amor, y más que poder manifestar el poder, la unción, es manifestar el amor, eso sana, libera y transforma más que cualquier otra cosa.

Juntos oremos al Señor, pidamos perdón por lo que teníamos que hacer y no hicimos, por no buscar de Él con determinación y ahínco. Y que nos revele más de su amor, y de tener entendimiento de su verdad.

Hermanos, cuando vayamos a orar por otros, a hablar de la verdad de Cristo, recuerde esto, Él habita en usted y usted en Él.