Cada uno de nosotros tenemos la bendición de Dios de ser bienaventurados, en Mateo 5:1-16 Jesús predicó como maestro una enseñanza para la vida, la que muchos destacan que fue el mejor sermón.

“1Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

La sal de la tierra

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

La luz del mundo

14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

“Sermón” significa conversación, y Jesús en esta prédica les da una enseñanza al pueblo de aquellas promesas dadas por Dios para salir adelante ante cualquier problema.Hablarle a alguien de lo que Jesús ha hecho con nosotros, es un sermón donde yo le menciono a las otras personas que hay un antes y un después de conocerlo a Él.

Bienaventurado es uno que es afortunado y feliz, en hebreo también es bendición y bendito, de allí nace la palabra barack que significa postrado en adoración que simboliza estar de rodillas, y esta actitud es el inicio de cualquier bendición.

La bienaventuranza no se logra sino se está de rodillas en adoración, porque cada vez que nos doblegamos ocurre una transferencia en la que recibimos un estado de bendición y felicidad.

Entonces al entender el Salmos 95:6 notamos que una vida de felicidad depende de estar de rodillas ante el Rey.

“Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor”

Ahora para que se cumpla en nuestra vida las promesas destacadas en el sermón del monte, debemos estar continuamente de rodillas delante de la presencia de Dios, doblegar nuestro espíritu y presentar nuestras emociones para que ocurra este intercambio.

Reconocemos que no hay mejor lugar que estar postrados a los pies de Cristo, sabemos que sin Él nada somos y declaramos nuestra necesidad de su presencia porque de Él provienen nuestras bendiciones.

Señor declaro tu palabra y ella establece que nosotros somos plenos y felices en tu presencia porque somos bienaventurados.