Lo que Dios más anhela es entrar en una comunión y relación con nosotros. El Señor quiere ser uno con usted y conmigo y el único lugar que nos permite lograr eso, es estar en el ALLÍ.
Muchas veces pedimos por el favor de Dios, y esa gracia y favor se logra solamente pasando tiempo en intimidad con él, muchos quieren rompimientos y ser usados de muchas formas por Dios, pero no van al allí, el querer sin el hacer no tiene resultados, ¡necesitamos orar!

Génesis 22:14 dice: “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.[a] Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto” La palabra de Dios dice que es en el allí, en ese lugar donde Dios proveerá. El allí es el lugar donde somos cambiados y transformados, donde experimentamos la gloria de Dios en su carácter de espejo, ahí nos vemos cara a cara con Dios y vemos nuestras debilidades, no para ser avergonzados, sino para ser cambiados.
– La oración es un lugar de poder, dice su Palabra en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. ¿Cómo permanecemos en Él? A través del allí. El poder no puede ser comprado, el poder de Dios se obtiene cuando pasamos tiempo con Él a través de una transferencia de poder en el espíritu. Nosotros somos un canal, que necesita estar conectado a la fuente de poder que es Jesús!
Si leemos Lucas 5:16-17, vemos que Jesús estando con lo más alto de la sociedad, y el poder de Dios estaba con el para sanar, la escritura dice que el primeramente se había apartado. Jesús desarrolló su ministerio de poder en dos pilares. Cuando el estuvo en el desierto 40 días y 40 noches, Satanás vino a tentarlo en su identidad, ya él sabía que aquel era Jesús, entonces le preguntó “SI ERES HIJO dile a las piedras que se conviertan en pan”? El diablo vino a probar su identidad. Jesús respondió “Escrito está…” Jesús estableció su ministerio, primeramente en su IDENTIDAD, cuando Él está a punto de ir a la cruz del calvario y Pilatos le pregunta ¿eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”. En aquellos tiempos, no cualquiera podía ser Rey, debía ser un hijo de Rey quien tomara la herencia del trono.
Ese ministerio tan poderoso se sustenta en la ORACIÓN y en la IDENTIDAD.
Jesús cargaba poder, porque la palabra nos enseña que recurría al allí. En Lucas 6:12 nos muestra que el fue al monte a orar y pasó la noche orando en ese lugar, ya no oró en el desierto, sino que se fue al monte, a un lugar de altura, a un lugar de autoridad. Recuerde que Su poder venía desde dos fuentes, su identidad de hijo y la oración.
¡Somos hijos, no importa cuanto nos equivoquemos, si volvemos a Dios y le pedimos perdón por nuestros errores y pecados, ¡Él nos va a recibir como sus hijos amados! El espíritu de orfandad es la peor maldición que puede venir sobre una persona, así que es momento de volver a Él.
Mi deseo es que la palabra de Dios se cumpla en tu vida y que tus hijos nunca conozcan el pecado ni el mundo, mi deseo es que alcances tu propósito y llamado y que todas tus generaciones estén guardadas en el hueco de la mano de Jehová, también anhelo que así como prospere tu alma, tú prosperes, mi deseo es que la enfermedad no toque tu vida, mi deseo es que tu y yo seamos benditos y que todos puedan ver lo sobreabundado que somos y que tú puedas decir y vivir que eres HIJO DE DIOS, CON HERENCIA.