Estuvo junto a nosotros, el Pastor y salmista Jorge Szczecko, quien visitó este fin de semana a Iquique, en un altar de adoración en el centro de nuestra ciudad, junto al movimiento “Chile a una sola voz”.
Dios puso en su corazón hablar sobre los hijos maduros, se refirió a todos con este mensaje:
Dios nos dijo que el 2019 sería un año de fructificación y Chile vería abundancia del cielo, pero es necesario que los hijos maduren para poder administrar la herencia que va a ser desatada sobre esta nación”.
Es más fácil que un jefe nos diga lo que tenemos que hacer o que el pastor nos diga lo que tenemos que hacer, a que buscar al Espíritu Santo para que Él nos hable lo que quiere para nosotros y nuestras familias, cuándo el Espíritu Santo habla y escuchamos su voz, no podemos hacer responsables a nadie más de nuestros actos que a nosotros mismos por haber sido obedientes a la voz de Dios, y eso es ser un hijo maduro.
Al ser hijos maduros, lo único que nos va a salvar en diversas circunstancias de la vida, es haber desarrollado obediencia y dependencia del Espíritu Santo. Es por ello, que debemos transmitir a esta generación la dependencia del Espíritu.
Es fácil depender del hombre, es lo que el pueblo de Dios conocía, y por eso esta la ley es fácil seguirla y ser legalistas, porque esta nos dice que hacer en cada situación, más con el nuevo pacto, Jesús no dijo: “vengo a romper esa le, pero si les dijo: vengo a mostrarles a ser dependientes del Espíritu Santo de una forma diferente. Lo que Dios está haciendo en nuestra generación, es lo que Jesús vino a hacer, a mostrar el espíritu de la profecía, muy diferente a lo que hacían los fariseos.

Cuando tenemos entendimiento de hijos movidos por el Espíritu Santo, la libertad de nuestro interior empieza a traer liberación en nuestro alrededor, en nuestro mundo exterior, como lo dice Romanos 8; 14-15.
“si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre. Tienen que obedecer a sus tutores hasta que cumplan la edad establecida por su padre. Eso mismo sucedía con nosotros antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo”, Gálatas 4; 1-3.
Parecemos esclavos aunque somos herederos de todo, somos niños y a veces tan inmaduros que esperamos que un hombre nos solucione nuestros problemas. Lo que Dios quiere ahora es darnos la autoridad para tomar una decisión, y estamos en un tiempo tan poderoso en el que el Espíritu Santo nos quiere hablar y hacernos dependiente de Él, porque cuando lo haces, empiezas a conocer cuál es la agenda de Dios para esta hora.