Como hijos de Dios debemos tener pilares y fundamentos, tal como cuando construimos una edificación, es por eso que recientemente les enseñé sobre la fe como primer pilar y hoy quiero hablarles sobre el segundo pilar que es la oración.
No cabe duda que estos últimos tiempos han sido difíciles, donde hemos peleado muchas batallas y guerreras, pero no cabe duda que nos cansamos y agotamos, lamentablemente llega un momento que dejamos de orar.
Por tal motivo quiero recordarles que Dios es un juez justo, leamos Lucas 6:12 donde nos damos cuenta que Jesús fue un hombre que pasó su vida orando porque la oración era su sustento.
Si vemos más adelante en Lucas 6:17-19 donde se desata poder de Él, nos damos cuenta que la razón previa fue la oración.
Cada vez que usted va a orar está delante de un juez justo.
Miremos Filipenses 4:6 Dios mismo nos dice que presentemos nuestros casos delante de Él.
La palabra nos dice que traigamos nuestras peticiones, que en el original griego es demanda; es decir, vengo como hijo a reclamar el cumplimiento de las promesas escritas.
Observemos lo que establece Isaías 53:4-5, lo que quiere decir que la salud te pertenece.
Cuando conocemos nuestros derechos somos peligrosos para el diablo y cuando alguien te quiere quitar algo, vamos delante del Dios justo a presentar lo que está aconteciendo para que haga justicia.
Si leemos Génesis 18:23-24 nos damos cuenta que Dios guarda a los hijos justos porque por medio de Jesús somos justificados.
En 1 Juan 5:14 nos damos cuenta que lo que has orado ha sido oído, que la respuesta no la hayas recibido no quiere decir que tu oración no haya sido oída. En el ámbito natural cuando un caso es presentado delante de un juez, éste quien escuchó los antecedentes toma un tiempo para determinar un veredicto, así que prepárate que el juez justo está por darte a conocer su respuesta porque tu petición ya fue oída.
Lo más importante es no dejar de orar recordando también Romanos 8:31-32, porque Dios nos hará justicia.
En Cristo ya todo fue consumado, miremos lo que está escrito en Lucas 18:1-8, no importa cuanto tiempo lleves orando, pero el 2022 es el año donde Dios nos hará justicia.
Para terminar llévese esta palabra de Salmos 103:6 porque es justo que estemos sanos, que las finanzas cambien, que nuestra casa sirva a Dios, que los nos persiguen se detengan y que sus promesas se cumplan en nuestra vida.
Vamos levantemos por aquello que dejamos de orar porque nos cansamos y no vimos respuestas, volvamos a creer y confiar, digámosle al juez justo aquí estamos de nuevo.
Señor sé que primero debemos ponernos a cuenta contigo porque también debemos ser personas justas para pedir justicia, por eso te pedimos perdón porque te hemos fallado.
Comenzamos a orar por aquello que queremos que se haga justicia, presentemos nuestro caso delante del Dios juez justo.