La Biblia habla de una gran mujer llamada Rut, ella se conecta con una familia que venía de Belén, se enamora de uno de los hijos de Noemí, pero pasado un tiempo murieron sus hijos y entonces, tanto Noemí como Rut y Orfa su otra nuera, estaban viudas. Rut 1:1-5.

Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.”

En Rut 1:6-22, vemos que esta mujer decide regresar a su pueblo y les dice a sus nueras que vuelvan con sus familias, porque ella no tiene nada que ofrecerles, pero ambas le dijeron que irían con ella. Sin embargo, Noemí logró convencer a Orfa y ella se fue a su pueblo, pero Rut decidió quedarse junto a ella y creer en su Dios.
Cabe destacar que tanto Rut como Orfa, tenían otra cultura y otros dioses. Pero en ese pasaje vemos que el corazón de Rut es transformado, en un corazón de amor y honra.
Ellas no tenían nada, pero aun así Rut decidió quedarse, y esa decisión la conectó con su bendición. Déjame decirte que, la decisión que tomes hoy te puede conectar con una tremenda bendición mañana.
Cuando Noemí regresa a su tierra, ella responsabiliza a Dios de lo que le sucedió, de su amargura por perder a sus hijos. Asimismo, nosotros a veces le echamos la culpa a Dios de las cosas que nos suceden porque empezamos a ver las cosas de manera sobrenatural.
En Rut 2:1-23, aparece un personaje nuevo llamado Booz, que más adelante en la Biblia vemos que este hombre desposa a Rut. El libro que lleva su nombre, nos refleja la victoria que Dios nos da después de una derrota.
Noemí pudo haber dicho: “que vergüenza regresar a mi tierra, me van a ver que estoy derrotada y amargada”, pero volvió porque esa era su nación, y llegó en el tiempo correcto, en el tiempo de la siega. Cree que llegaste al tiempo de tu siega, no lo dudes.
No podemos quedarnos esperando que Dios haga todo por nosotros, no esperemos a final de año para la siega, el tiempo es ahora. Lo que hemos orado hasta ahora tiene que provocar algo, yo creo que este es un tiempo especial de Dios, es el comienzo de la siega.
Deja de mirar lo natural y comienza a ver lo sobrenatural de Dios, es necesario en este tiempo enfocarnos en el espíritu porque lo natural no va a dar ninguna cosecha. Y si vas a mirar hacia atrás, que sea para ver todo lo que Dios ha hecho por ti, todo lo que te ha dado el Señor y cómo te ha bendecido, para que no lo olvides
Cuando miras lo natural y dejas de ver y agradecer lo que Dios te dio, no podrás dimensionar todo lo que Dios te quiere bendecir. La siega es dejar de ver lo qué pasó para ver lo que está por ocurrir, cómo lo dice Hebreos 11:1.
Hermanos, saben ustedes que Rut nunca había estado en el campo cosechando, ella nunca había trabajado y al llegar a Belén, le toca trabajar, por lo que llega al campo y se coloca detrás de los segadores, de repente durante la jornada aparece Booz, y él se fija en ella, por lo que manda a que la dejen trabajar y recoger todo lo que ella quiera.
Hoy te digo, Dios tiene un Booz para tu vida en este año, no dejes de orar, de congregarte y de fortalecer tu fe, porque ya Dios tiene tu bendición.
Dice la Biblia que Booz y Rut tienen un hijo, que termina siendo el abuelo de David. Sabemos que de la casa de David es la descendencia de Jesús. Rut era una mujer moabita que no merecía nada, una extranjera que llegó a ser parte de la familia del Rey David, y también de la familia de Jesús.
Es el tiempo de entrar en nuestra siega, no por lo que vemos sino por lo que creemos.
Cree en lo que ves en el espíritu, por cada cosa visible que ves en tu vida, es porque en algún momento se gestó en lo invisible. Hay una unción fresca que Dios está derramando, por eso recibe la palabra que te estoy dando, recibe el consejo de tu líder así como Rut obedeció el consejo de Noemí, haz tu parte que Dios hará también su parte.
Recuerda que los planes de Dios son perfectos, aunque en medio de los problemas no lo veas. Lo que tú creas en lo espiritual es lo que tarde o temprano se creará en lo natural.
Parte II:
Les recuerdo que existen dos Reinos, el de las tinieblas y el del cielo, esos dos Reinos siempre están en conflicto. En este tiempo todo está convulsionado, las noticias casi todas son malas, pero yo hoy les quiero dar una buena noticia que viene de parte del Señor: este es el tiempo de una gran cosecha.
Hay alguien que ya Dios dispuso para conectarte con tu cosecha, hay un pastor que ya Él dispuso para que tú aprendas a caminar en la fe, tu Padre ya tiene dispuesto un Booz para tu vida, pero es necesario que creas.
Hay dos características que hablan de Noemí, primero, que era una mujer generosa y sabia. A pesar de su amargura por todos sus problemas, no fue egoísta con sus nueras, en su corazón había generosidad, se había vuelto sensible a los demás.
¿Cuántos de nosotros cuando hay escasez nos cuesta bendecir a otras personas?, Noemí no fue así, no se quedó en sus circunstancias . Nosotros no tenemos que caer en lo que todo el mundo cae, más bien debemos orar para que todo cambie.

Efesios 1:17-18,  nos enseña sobre la sabiduría de Dios, porque la sabiduría no se obtiene en la universidad, sino teniendo tiempo con el Señor.

 “17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,”
Hay algo que viene añadido a la sabiduría, y es el temor de Dios, para hacer lo que Él le mandó a hacer, porque cuando usted recibe la sabiduría de Dios, entrará en el gozo continuo. Esas dos cualidades de Noemí son las que usted debe tener para entrar en el tiempo de la cosecha.
Ahora bien, las otras características de Rut, es que era una mujer afectuosa, decidida y trabajadora. ¿Sabía usted que el amor cubre multitud de faltas, multitud de pecados y de maldad?. ¡Pues si!
Rut hizo su parte, salió a trabajar desde la mañana hasta la noche, no se rindió, por eso luego Dios puso en su camino a Booz para bendecirla. Cree en que el Señor tiene un Booz para ti, pero haz tu parte también, trabaja por tu bendición.
Por su lado, Booz también tenía sus características, era un hombre afectuoso, él se enamoró de Rut por lo que era o por lo que había sido, sino porque le tomó afecto. Booz estaba dispuesto a que Rut fuera feliz, tipo Cristo con su Iglesia.
Igualmente, Booz hizo valer sus derechos, no los del hombre sino los de Cristo Jesús, no era autoritario pero tenía autoridad. Jesús nos enseña a hacer valer nuestros derechos, lo más valioso que tenemos nosotros como Iglesia es el nombre de Jesús.
Muchas personas no saben lo que tienen, y por eso no cosechan; debemos aprender a usar el Nombre que es sobre todo nombre.