Antes de comenzar a desarrollar sobre este hermoso don que se nos fue dado, quiero que nos vayamos al origen, y se trata de Cristo
Cuando lo conocemos a Él, conocemos la luz, y recibimos al Espíritu Santo, aquel que es nuestro Consolador, es el que provoca todo desde adentro hacia afuera. Él hace que los dones y el fruto se active en nosotros, porque esto es la manifestación visible de lo que está haciendo en cada uno. Le cuento a través de mi experiencia, cuando Dios me llamó a mi personalmente, no me llamó como pastor, sino como hijo para que le conociese, posterior me reveló el llamado, avivó los dones, créame que no un deseo personal, Él lo hizo y yo obedecí.
Hay muchas cosas que debemos entender y atender de nuestra vida espiritual, recuerde que Jesús hablaba en parábolas, Él quiere que conozcamos más, y que tengamos su mente para movernos en lo sobrenatural. Tenga presente que: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos”
Hablemos de uno de esos dones, hablemos de la fe. Quiero que vayamos a algunos textos de las Escrituras que nos enseñan cómo vivir como hijos de Dios con la mente de Cristo.
Vayamos primero a Marcos 2:1-12, donde dice que se oyó que Jesús estaba en esa casa en Capernaúm, se extendió ese mensaje de boca a boca, la gente empezó a ir a ese lugar. Muchas personas querían acercarse, entre esos, cuatro amigos que llevaron a un paralítico en una camilla. Y aquí quiero detenerme, porque hay un detalle muy especial en estos hechos, y es que esas cuatro personas llevaron a su amigo a Jesús para que fuese sanado y lo introdujeron por el techado, entonces, esto nos habla de la fe de esos amigos.
“2 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.“
También podemos encontrar de los escribas que: “Algunos maestros de la Ley estaban sentados allí y pensaban: «¿Por qué habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».” Este es el lado contrario de aquellos hombres. Entonces, podemos ver qué hay dos opciones: ¿Creemos o juzgamos a causa de la incredulidad?
Meditemos en esto, porque algo nos quiere enseñar el Señor, y es que la fe hace mucho. Porque más que la fe del paralítico, fue la de esos amigos que hicieron todo por ese milagro lo que cautivó a Jesús.
Tengamos en cuenta qué hay mucha gente que va a querer apagar nuestra fe, a través de la crítica, de palabras que desaniman, diciéndote que no es real lo que te dice la Biblia, los testimonios de las vidas transformadas, ¡no lo permitas! Tenemos una mente superior, porque tenemos la mente de Cristo, y nada puede movernos de esa realidad, así que creemos en lo que para muchos es locura, creemos en lo sobrenatural.
Tenemos que discernir de las voces que escuchamos, de lo que nos hablan. Saber diferenciar la voz de Dios y la voz del enemigo. Recuerde, ¡tenemos la mente de Cristo!
Lo que atrae los milagros y los cambios en tu vida,¡es la fe!
Hay más ejemplos de estos, en Marcos 11:22-24, Mateo 8:5-10, donde vemos cómo se maravillaba Jesús de la fe de hombres y mujeres ordinarios que producían cosas extraordinarias No olvides, mayor fe, mayores cosas veremos.
Si estás orando por algo, cree que ya viene en camino. Si tienes fe, será hecho ¡porque nada es imposible! Que esto se quede grabado en tu corazón.
“22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.“
“5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.“
Dios puede sacarte del fuego, de aguas profundas, confía en su Palabra. Puedes estar sintiendo dolor y creer que eres sano, puedes creer que eres próspero y no tienes pan en tu mesa, lo que estás haciendo es crear la atmósfera para el milagro, para el cambio.
Hasta que tú no digas, las cosas no sucederán, explico mejor, recuerde, no andamos por vista, es por fe. ¡Cree y declara!