El poder de atar y desatar II

Continuamos con con la serie: “atar y desatar”
En Ezequiel 22:30, dice: “busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.
En este versículo podemos ver que Dios siempre está buscando un cuerpo con un espíritu (de Dios), para que se ponga a favor de otro, para levantar cobertura para la iglesia, familia, autoridad, etc. Él está buscando a alguien en la tierra para que de a luz sus planes en la tierra, aquellos planes son la visión de Dios.
Él quiere sanar, liberar y traer un avivamiento, pero sin intercesión ningún movimiento se producirá. Muchos planes de Dios no se han cumplido porque no se ha orado o intercedido , orar e interceder no son una opción, son una necesidad
La escritura nos dice que somos colaboradores de Dios, es un privilegio que Dios nos diga “trabajemos juntos” (2 Corintios 6:1) Cada uno debe ver su humanidad y colaborar para llevar la voluntad de Dios aqui a la tierra, si vemos el ejemplo de Jesús podemos darnos cuenta que el llevaba a cabo toda la voluntad del padre a través de la intercesión, ya que la oración es lo único que nos conecta para cargar la presencia de Dios.
Los discípulos le pidieron una cosa a Jesús, se le acercaron y le dijeron “Maestro, enséñanos a orar” , ellos no le pidieron que les enseñara a echar fuera demonios, porque ellos fueron testigos del poder que Jesús cargaba producto de la oración, ese es el secreto del ministerio de Jesús, en un par de segundos los milagros ocurrían, debido a la vida de oración de Él. Hoy te digo que, horas con Dios hacen minutos efectivos, para que la voluntad de Padre se establezca en la tierra solo se necesita un hombre o una mujer que ore.