Un avivamiento se trata de que Dios va a desatar su gloria, en la casa, en las calles, en todos lados. Este es el avivamiento de los últimos tiempos, dice su Palabra que veremos cosas que nunca habíamos visto. Estamos en una temporada clave para la Iglesia de Jesucristo, la gente va a empezar a ser sanada y restaurada.
La tierra está llena de pecado, y Dios busca una iglesia que esté madura, para eso debemos ser guiados por el Espíritu de Dios.
Una de las funciones del Espíritu Santo es guiarnos, es ser dirigidos, a ser hijos maduros. Para ser unos hijos maduros hay dos formas, una de ellas es a través de las leyes, y otra es por la gracia; la gracia tiene que ver con el poder sobrenatural de Dios, es hacer lo que con nuestras propias fuerzas no podemos.
Muchos nos hemos esforzado por cambiar, pero a veces lo hacemos por las leyes y no por medio de la gracia. Hay personas que quieren ser santas, santificarse, se esfuerzan por ser buenos a través de las leyes. Sin embargo, la condición para entrar en un proceso de cambio es madurar, nadie puede ser santo por medio de reglas porque en cualquier momento deja de cumplirlas y dejará de ser santo.
Las leyes de Moisés fueron dadas a nuestra vida para demostrarnos tres cosas:
- Que somos pecadores
- Que nosotros no las podemos cumplir
- Que necesitamos de Jesús
Jesús representa la gracia y por gracia fuimos salvos, a través de Jesús somos aceptos a la presencia de Dios. Los hijos maduros son aquellos que están luchando y esforzándose para ser aceptos ante el Padre.
La religión es tratar de ser lo que usted ya es en Jesús, por gracia somos salvos no por lo que hemos hecho. Hay mucha gente tratando de ser salvo y santo, porque no saben que ya lo son a través de Jesús.
Somos personas de carne, podemos equivocarnos, pero lo importante es reconocer el pecado y arrepentirnos, porque y fuimos perdonados a través de la gracia de Jesús.
Jesús vino para que fuéramos guiados por el Espíritu Santo de Dios, lo que significa que ya usted no confía en sus habilidades sino en la dirección del Espíritu.
Para ser guiados usted debe estar dispuesto a obedecer, a cederle el paso a Él, para que se mueva como quiera, y también es hacer crecer nuestra fe.
Hay tres clases de oídos:
- El que es sordo y no escucha nada
- El perfecto que quiere escuchar
- El que no quiere oír
En Gálatas 5:8,
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama.”
Aquí vemos que somos guiados por el espíritu para oír, para ver y para que percibamos, todo lo que otros no pueden. La voz de Dios suena a través de su Espíritu Santo, mientras que las leyes nos dicen “te equivocaste”, el Espíritu Santo nos lleva al perdón de Dios.
No porque no lo sientas no quiere decir que no existe. La voz de Dios tiene átomos y luz, la luz representa dirección, y cada vez que Dios habla, Él nos direcciona. Los átomos crean cada vez que Dios habla, Él está creando.
Hermanos, la fe no consiste en cuánta fe tengamos, la fe es creer en lo que Dios dijo, la fe crece por lo que Él dice, porque si Él lo dijo, Él lo hará. No importa lo que la gente diga de ti, es lo que Dios dice de ti.
Somos privilegiados porque estamos en la temporada del avivamiento de los últimos tiempos. Una persona que está en el movimiento del espíritu se conoce porque atrae más personas.
Cuando una iglesia está en relación con Dios, se producen milagros, señales y maravillas, no solo en la iglesia sino en diferentes áreas, entre ellos, en el gobierno.
El movimiento de los últimos tiempos se llama: el movimiento del Espíritu Santo, este lo incluye todo porque es sobrenatural.
Va a llegar un punto en que la primera gloria y la gloria postrera se unirán. Todo esto comenzó en Pentecostés, lo que vieron los Apóstoles desde Hechos 2 no es ni cerca de lo que viviremos en esta temporada.
El movimiento del Espíritu Santo trae:
- Revelación, lo que sostiene el poder del Espíritu de Dios. Cuando usted se relaciona con el Espíritu Santo tendrás revelación, si tienes relación tendrás revelación, y el diablo no quiere que la tengas, porque la revelación trae movimiento.
- El pensamiento de Dios hablando, que es lo que Dios está pensando
- Unidad, cuando la iglesia trabaje unida vendrá el avivamiento de los últimos tiempos.
- Hambre de Dios, de estar más tiempo en su presencia.
- Sacrificio, todo lo que usted ha sacrificado está preparado para ser desatado sobre su vida.
La Biblia en Génesis 22:1, nos muestra que un sacrificio provoca movimiento. Asimismo, Salmos 51:17 nos lleva a ver qué sacrificio no tiene que ver con la persona sino con un corazón contrito y humillado.