No debemos callar, debemos compartir todo lo que hemos experimentado en Dios. Debemos darnos cuenta de algo y es que hoy en día nos cuesta hablar de Jesús, cada vez nos cuesta más compartir la Palabra de Dios y es un error pensar que para hablar de Él debemos tener años de preparación, que eso es algo que sólo las figuras de autoridad deben hacer, pensar, eso es un error, estos son los tiempos en donde debemos acabar con ese mito, son los tiempos en donde las personas necesitan oír la Palabra de Dios.
Debemos ser personas de influencia, extender la Palabra del Padre.
La Palabra de Dios nos enseña que por los frutos serán reconocidos los árboles y ¡Los hijos de Dios también deben ser reconocidos por sus frutos!
Debemos ser una extensión de Jesús en esta tierra, debemos buscar dar buen fruto y caminar con personas que busquen ser prosperado en el espíritu.
2 Reyes 7:1-20 (TLA)
Después de leer la escritura, nos podemos percatar de que cuando los leprosos llegaron al campamento de los sirios y vieron que no había nadie puesto que Dios había hecho que el ejército de Siria escuchara tropas y estos escaparon, los leprosos comieron y bebieron, tomaron oro y plata, encontrando tantas bendiciones ellos las tomaron y las escondieron.
Los leprosos de la escritura representan a los 4 evangelios que muestran el poder soberano de Jesús, y aunque los leprosos estaban muriendo de hambre, estaban enfermos de lepra, no tenían opción y aún así decidieron salir de su comodidad, religión y paradigma. Salieron de la ciudad hacia donde estaba el ejército enemigo y fue allí donde Dios les respaldó, y aunque los leprosos quieren esconder o callar tal bendición, reconocen que hay otros que también necesitan la verdad de Dios ¡Y no podían quedarse callados! ¡La bendición es para todos! Y la bendición es Jesús de Nazareth.
Este es el tiempo iglesia de Dios, es tiempo de movernos y proclamar que Jesús es la salida, ¡Es tiempo de proclamar que la sangre de Jesús no fue derramada en vano!