Al leer el título, se lee imposible, pero esto si es posible, ¿sabes cómo? Yendo al allí, y el allí es ese lugar donde oramos, donde nos encontramos con el Padre. Y es importante resaltar que debemos dejar a un lado la religiosidad para ello, que esto no se vuelva monótono, vanas repeticiones, porque el resultado de orar de esa forma, es no ver manifestado el poder de Dios. Cuando vamos a ese lugar de encuentro, siempre debe haber algo nuevo. Y muchas personas cuando no ve resultados dejan de orar, otros quieren ser usados en lo sobrenatural pero no quieren ir a la fuente. Hermanos, esto no nos debería pasar, cada día el Señor tiene algo nuevo, y fuimos creados para comunicarnos con nuestro Creador, no es una opción, es una necesidad.

En el Libro de Mateo 6:5-6 dice: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Ese lugar secreto, es donde nos hacemos uno con Él, y en medio de esa comunión, todo lo que Dios tiene lo deposita en nosotros.

Lucas 11:1 dice “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” Nótese que dice “en un lugar”, en el allí de Jesús con el Padre provocaba milagros inimaginables. En la Biblia encontramos esos milagros, que se desataron en ese lugar donde se hacían uno solo.

También encontramos “el allí”, en el Antiguo Testamento, en el libro de 1 Reyes 17:9, y en Génesis 22:14, puede leerlo y darse cuenta lo que ocurre cuando entramos “al allí”, al aposento, el lugar de comunión. ¡Es indispensable permanecer en el allí con Dios!

Si tu milagro no ha llegado, es porque no se ha levantado un “allí”, ahí es donde se adora, se glorifica, y es donde tú declaras las virtudes de Dios. Es hora de que regreses, es hora que conviertas ese lugar en el más importante de tu vida.