En este momento de convulsión que estamos viviendo en el país, como Iglesia no debemos apoyar ni un lado ni otro, nuestra posición debe ser siempre estar rendidos ante Cristo.

En Efesios 6:10-18 nos habla acerca de la armadura de Dios con la cual podemos enfrentar toda asechanza del diablo, específicamente quiero resaltar el yelmo de la salvación, que en otra traducción dice el yelmo de la esperanza, lo que significa que ese yelmo cubre nuestros pensamientos porque es allí donde el enemigo lanza sus tentaciones y empieza a decir que no hay esperanza, mientras que Cristo es nuestra esperanza de Gloria y como creyentes tenemos una palabra mayor en Hebreos 11:1.

Entonces vemos como con la fe podemos ver la realidad espiritual para nuestra vida y nación, porque está conectada con nuestro espíritu y corazón, mientras que con la esperanza esperamos que algo suceda, es una expectativa que radica en la mente y si ésta es atacada porque no tenemos el yelmo viene la desesperanza.

Toda armadura cubre el cuerpo por la parte de frente porque Dios nos cubre nuestra espalda.

En un momento de crisis la fe puede apagarse y encenderse la desesperanza, pero nuestra posición debe ser lo que se menciona en 1 de Tesalonicenses 5:8, en este caso sobrio significa ser equilibrados.

Antes estábamos como dice Efesios 2:12, pero por la fe vivimos como está establecido en Efesios 2:13.

¿Qué debemos hacer en este momento de crisis? No perder la fe y creer que lo que Dios ha dicho sobre Chile se va a cumplir, somos una nación bendecida y un avivamiento de aproxima y de aquí se extenderá a otras naciones de América. Declaramos lo que señala Salmos 126:1 y no dejemos que está situación apague la fe y nos robe nuestro sueño en Dios.