Comencé la semana pasada enseñando la diferencia entre un creyente y un discípulo para provocar un cambio en nuestro corazón.

En el libro de Mateo 28:16-20. Dios nos enseña que Él está con aquellos que hacen discípulos. He descubierto en la Palabra del Señor que toda bendición está condicionada, Dios quiere bendecir nuestras vidas pero debe venir primeramente un orden. Debemos cruzar la línea de ser creyentes a discípulos.

El discípulo provoca que sucedan las cosas, se reproduce, no vive por halagos sino que vive para agradar a Dios, el discípulo entrega su vida en sacrificio.
Hoy en día vemos que hay tres pensamientos que predominan en las iglesias, los cuales son:
1. Que Dios está en el cielo, es un ser espiritual lejano.
2.- El 10% que viene a la Iglesia es el mismo 10% que le habla a otros del Señor, muy bajo porcentaje está creyéndole a Dios y hablándole a otros de Él.  En la Palabra, Salmos 24:1, vemos que le pertenecemos a Jehová Dios, todo lo que somos y tenemos es del Señor, un discípulo ha entendido este principio. Muchas personas dicen que la Iglesia es el templo de Dios, cuando a la verdad de la escritura nosotros somos el templo de Dios, Dios no habita en templos hechos por hombres, sino que habita en nuestro corazón. Todo es de Dios, nuestra vida, los hijos, la familia, el trabajo, el negocio, todo le pertenece a Jehová Dios.
3.- El creyente puede caer en la ruina, el discípulo es uno que cambia todo. El creyente cuando enfrenta la adversidad y entra en la tormenta comienza a dejar de creer, pero el discípulo al igual que apóstol Pablo dice “Esta pequeña tribulación…”, “Satanás está bajo el estrado de mis pies…” el discípulo sabe que tiene un Dios grande. Cuando el creyente comienza a pasar por pruebas se
estanca, y está cómodo con la rutina, por otra parte, el discípulo ve las pruebas como oportunidad para crecer y se goza en los cambios, busca avances en el ministerio. En Hebreos 12:2 , Dios nos está enseñando que nuestros ojos deben estar puestos en Jesús, ese es nuestro blanco perfecto, no debemos fijar nuestra mirada en el hombre, el creyente siempre busca y observa el defecto del
líder o del pastor. Debemos tomar el ejemplo de Cristo, quien fue discípulo del Padre, no solo por ser hijo tuvo acceso a los privilegios, sino que por haberse humillado y matar su carne.
La Biblia dice que el Reino sufre violencia y los violentos son los que arrebatan, es por esa razón que el discípulo siempre está expectante y no se desanima frente a la prueba, no depende de las circunstancias, porque sabe que depende de Dios.
4.- El creyente espera que se le asignen tareas, el discípulo se involucra en las tareas, comience a trabajar en la casa del Señor, así pasa la línea de ser un creyente a un discípulo. ¡A mayor sacrificio, mayor recompensa! El discípulo asume responsabilidades!
Hay tres cosas que el discípulo hace:
a). Identifica las necesidades.
b). Utiliza sus dones. Cuando usted y yo venimos a Cristo, el Espíritu Santo depositó nueve dones dentro de nosotros, un discípulo activa esos dones.
c). El discípulo se capacita por sí solo para entregar por gracia a otros lo que por gracia ha recibido.

5.- El creyente siempre murmura y crítica, en cambio el discípulo obedece y se niega así mismo. Un discípulo es capaz de dar su vida por la causa, se involucra en la obra. En el libro de Hechos 6:1-7 y Hechos 5:14 Dios nos muestra claramente que todo se reproduce según su especie, si en la iglesia de Jesús hubiesen más discípulos entonces se multiplicaría grandemente, la Palabra de Dios
también dice “A la verdad la mies es mucha, pero los obreros son pocos”, un obrero es el que comienza a trabajar, un obrero es un discípulo.
Existen tres tipos de frutos los cuales son características de un discípulo:
a). Delante de todos los hombres, debemos demostrar que somos discípulos de Jesús, dar testimonio de lo que somos. (Mateo 3:8)
b). Dios anhela almas, mucha gente se está perdiendo, los discípulos deben ir por esas almas, y cuando usted está trayendo esos frutos, Él es su sanador, sólo por el hecho de llevar frutos, Él lo mantiene a usted. Un discípulo siempre está buscando la fuente, y esa fuente es Dios. La bendición está en el hacer discípulos. (Romanos 7:4 – Juan 15:1-7 )
c). Gálatas 5:22-23 Cuando usted está haciendo discípulos comienza a crecer en ti algo llamado fe, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad mansedumbre, templanza. Creces en el espíritu. Génesis 1:22

Los discípulos tenemos un mandato, y es multiplicar. Pueblo de Dios, el deseo de Dios y su Palabra es que usted y yo nos convirtamos en discípulos, la palabra del Señor dice que el anhela que tu prosperes y seas bendecido en todo, que cada día crezcas en todas las áreas de tu vida, cuando te comprometes a ser discípulo, Dios se compromete con usted, su bendición descenderá, su gracia y favor estará sobre ti, aunque se levantes en contra de ti no te tocará, aunque venga una situación adversa usted se mantendrá firme en la roca que es Cristo Jesús, porque es un discípulo.
Los invito a comprometerse con el Señor, para ser un discípulo, hacer la transición de un creyente a un discípulo. ¡Tome la decisión de ser un discípulo de Jesús, servir a Dios con todo lo que es y tiene!