No todas las personas conocen la faceta del gozo del Señor en su vida porque lo primero que Él hizo en nuestra vida es lo que más nos impacta, si fue sanidad, lo conocemos como el Dios de sanidad; si restauró tu familia, como Dios que restaura, y así sucesivamente.
Cuando conocemos al Dios de gozo aprendemos a vivir con amor pleno y disfrutamos más cada día, cumplimos con nuestro deberes sin estar afanados porque reconocemos que cada cosa que hacemos es para que Él se sienta complacido.
El gozo del Señor hace que nuestra alma se estabilice, de acuerdo a lo escrito en Filipenses 4:1-8 el apóstol Pablo le envía un mensaje a la iglesia referido a que se mantuviesen en un mismo sentir para que como cuerpo de Cristo pudiesen avanzar en el cumplimiento de lo que Dios quiere.
El gozo del que le hablo no es natural, sino que proviene del fruto del Espíritu Santo, basado en mantenernos confiados sabiendo que Él nos protege en medio de las dificultades.
El gozo del Señor nos viene a fortalecer; es decir, que a pesar de los dardos de fuego que lanza el enemigo, estamos seguro que nada nos robará esa serenidad que nos permite no estar en afán.
El Señor quiere que vivamos en su gozo para disfrutar la vida, porque Él nos ayuda a llevar las cargas sin afán.
Cuando tenga un día de esos llenos de preocupaciones apliquemos lo que dice su Palabra “En esto pensad: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”, Filipenses 4:8-9
Somos mostradores de la personalidad del Señor, es por ello que debemos amar como Él ama, perdonar al enemigo, tener un actitud de amabilidad, ser generosos, entre otras virtudes que debemos aprender a manifestar para que las personas conozcan a Cristo a través de nosotros.
El gozo del Señor no es una risa, es un combustible que nos ayuda a estar confiados en el día malo.
En este día recordamos que el Señor es nuestra riqueza más grande que tenemos, que es nuestra fortaleza y que solo en Él podemos estar confiados cuando las cosas no salen como esperamos.