Hace unas semanas comencé una enseñanza sobre hablar siempre de lo que Dios ha hecho en cada uno de nosotros, porque si algo puedo afirmarle es que dar testimonio produce más testimonios, porque activa la fe de otros.

Hay muchísimos ejemplos de personas que testificaron de lo que Jesús hizo con ellos, cada libro nos cuenta las maravillas del poder de Dios. Uno de ellos, nos cuenta sobre esa mujer que sufrió por doce años una enfermedad de flujo de sangre, que la inhabilitaba y la apartaba según la ley, pero ella escuchó sobre un hombre que sanaba, resucitaba y limpiaba. Eso movió su fe y sin importar cualquier restricción, se acercó a Él y tocó el borde de su manto. ¿Y que sucedió? ¡Fue sana! 🙌🏼

Familia, es necesario que nosotros dondequiera que vayamos testifiquemos de lo que Dios ha hecho con nosotros, ¿como lo hacemos?
Yo era así – Conocí a Jesús – Mi vida cambió ❤️

Cómo hijos de Dios debemos:
-Testificar
-Atreverse a orar por esa persona que necesita un milagro y declarar que por las llagas del Cordero están sanas, ¡Dios honrará la fe!
Tenemos que tener el fuego del Espiriru Sano y solo buscándolo seremos llenos.

¿Que es es ser un testigo?
Tener de primera fuente lo que Dios ha hecho
Presentar la evidencia irrefutable
¿ Por qué hay que dar testimonio con poder?
1. Porque es una estrategia que Dios nos dio para extender el Reino (Mateo 24:14)
2. Porque lo usó la iglesia primitiva (no tengo oro pero lo que tengo te lo doy”)
3. Para aniquilar, vencer y derrotar al enemigo (Apocalipsis 12:1)

Cuando una persona que no está en fuego se va a arrimar a otro que si está en fuego, busca una muleta… Debemos encender nuestra propia llama. escrito está en Hechos 1:8: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”

Hay tanto en las Escrituras que respalda el poder del testimonio. Y si vamos al Antiguo Testamento, encontramos lo que Dios le pedía a Moisés cuando él estaba en el desierto, el tabernáculo era ese lugar para Él reposar y acercarse a su pueblo, eso era una sombra de lo que Jesús venía a hacer.
De esto podemos aprender que, usted y yo somos ese tabernáculo, y somos la luz que viene a disipar tinieblas y a quemar todo fuego extraño.

Accesemos a las bendiciones a través de la gracia por medio de Jesucristo y siendo testigo en cada lugar al que vayamos.

Recordemos que no es la ciencia , no es el dinero, es Jesús quien tiene la
salida para tu vida. Y ese Dios que hacía milagros ayer, es el mismo de hoy, ¡si lo hizo conmigo, lo puede hacer contigo!