Dios me ha llevado a hablarles sobre el proceso de la tentación, el por qué y cómo somos tentados.
Tenemos que entender que antes de cometer un pecado primeramente viene la tentación. Y debemos aprender a separar la tentación de las pruebas.
La prueba a veces Dios las permite o las coloca en nuestra vida para fortalecernos, mientras que la tentación viene del diablo. La prueba nunca te hace perder el propósito, es la tentación la que te hace perderlo.
Lo vemos en Génesis, que Adán tenía todo y fue tentado, Satanás usó a la mujer para tentar a Adán. El enemigo va a usar a alguien para que usted sucumba en la tentación, puede ser de la familia, un amigo o compañero de trabajo.
De igual modo, Jesús fue llevado por el espíritu al desierto para tener una tentación, la Palabra dice que Jesús estuvo cuarenta días y cuarenta noches de ayuno, pero él no fue tentado desde el primer día sino cuando ya estaba débil.
El diablo no puede tentarle en su espíritu porque le pertenece a Dios, Satanás nos tienta en la carne cuando estamos débil. Por eso la semana pasada les enseñé de la armadura para resistir la tentación.
Hermanos Dios nos puede permitir una prueba para crecer, la tentación viene del diablo para sacarnos del propósito. Cómo resistimos a la tentación? Con oración, ayuno, adoración, alabanza y servicio a Dios.
Dios nos predestinó a que estemos plenos y nos consagró. Algunos estuvimos en el mundo sumergidos en el alcohol, las mentiras, adicciones y entre otras situaciones.
Pero desde que está en el Señor ahora tiene problemas, si usted se pregunta por qué sucede eso, es porque ahora usted reconoce que tiene un problema. No es que los problemas crecieron, es que usted se dio cuenta de lo bueno y lo malo.
¿Cuál es el proceso de las tentaciones? En Santiago 1-13-16:

“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 16 Amados hermanos míos, no erréis”

vemos que Dios no tienta a nadie porque Él no es mal. Nuestro Padre puede permitir la prueba para que crezcamos en la oración, en el ayuno; más no es quien manda tentaciones.
Es importante aprender que el pecado lo que hace es que nos atrae y seduce, a través del engaño y falsedad, porque el diablo se disfraza de ángel de luz como dice la Biblia. El enemigo envía pensamientos que nos van a seducir y luego, viene el pecado.
El pecado se produce porque usted lo anhelo en su corazón, y de allí viene la muerte espiritual, que es cuando ya no queremos congregarnos, cuando dejamos de orar y anhelar tener intimidad con Dios.
Hay un acceso que el enemigo tiene en nuestra vida y ese es nuestra mente; porque recuerde que nuestro espíritu no lo puede tocar. Si una persona es del espíritu, en lo que siente que el diablo quiere tentarlo enseguida lo reprende, mientras que si alguien es de la carne, fácilmente se deja seducir por la tentación y cae en pecado.
Pero, sabe ¿qué es lo que nos protege de la tentación? La intimidad que tengamos con Dios, lo que usted anida en lo secreto es lo que sale a luz en el público. Por eso es que, el 50% de la Biblia fue escrita para que renovemos nuestra mente, porque el enemigo está detrás de nuestros pensamientos.
La palabra “Intimidad”en hebreo, es la palabra “Yadá”, significa conocer a alguien carnalmente. En lo espiritual pasar tiempo con Dios para conocerle, no sólo en el espíritu sino que mi carne también lo haga. Cuando usted ora a Dios, es fortalecido tanto en el espíritu como en la carne, porque se hace uno con el Señor.
¿Cómo abortamos los malos pensamientos?
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 2 Corintios 10:4-5
Por medio del ayuno y la oración es que podemos hacerlo, es allí donde damos la guerra. En la antigüedad se construían fortalezas para proteger las ciudades y no se hacen de la noche a la mañana, así que si usted tiene una fortaleza mental que le está alejando del propósito de Dios, fue porque el diablo ya tenía tiempo trabajando en esa área de su vida. Mientras más intimidad tenga con Dios, esa fortaleza se va derribando.
También existen los argumentos, las personas siempre colocan por delante el argumento, la religión, y no es hasta que se rompe con esto, con el conocimiento de la escritura de Dios.
Hay miles de argumentos en la sociedad y el mundo, la única forma de que usted rompa con eso es por medio de la Palabra del Señor. Para concluir, recuerde que el enemigo le va a tentar siempre en él área que es débil, por eso tienes que fortalecer esa debilidad en intimidad con el Padre.