Una de las cosas que he aprendido es que el Señor espera de nosotros que demos frutos, tal como lo establece Él en Juan 15: 1-8.

” Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Cuando llevamos frutos glorificamos a Dios. El discípulo es el que lleva frutos, y no un solo fruto, sino muchos frutos.
Primero debemos dar un fruto para se multiplique por más, porque tenemos que entender que Dios nos hizo productivo para producir, todo lo que tocaremos será prosperado.
Muchos admiran a Jesús por lo que Él hizo, pero no son discípulos.
Un discípulo es uno que produce más discípulos, porque todo se reproduce según su especie y el discípulo fue llamado para hacer discípulos. De acuerdo a Marcos 11:12-14:

“12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.

13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.

14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.”

Jesús busca quienes estén dando frutos a tiempo y fuera de tiempo”.

El discípulo se conoce porque está llevando almas de forma continua a los pies de Jesús.
En Lucas 14:28-33 el Señor nos pide renunciar a la negligencia, ignorancia, pasividad e imprudencia.

” 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,

30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.

31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?

32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.

33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Cuando tenemos discípulos crecemos en fe porque nos reta a orar siempre.
¿Qué es lo que Jesús nos está pidiendo en Lucas 14:26-27? Es dejar los “no puedo”, dejar la agenda personal por la de Dios, poner a Cristo primero y morir a mi mismo y mis prioridades.
De acuerdo a Mateo 19:27-29 Dios nos bendice en el proceso, mientras más predica su Palabra vas a caminar de bendición en bendición:

27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.

Los testimonios de lo que Dios hace en nuestra vida es producto de los frutos que damos.
Sé que hemos dejado muchas cosas por el Reino, pero el Señor nos dará la recompensa de un momento a otro como lo establece Marcos 10:29-31.

29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.

31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros”.

Dios anhela que seas un discípulo haciendo más discípulo.  No servimos por la recompensa, pero Dios nos recompensa.
Jesús en este día oramos para que levantes un remanente de hijos discípulos que hagan más discípulos, que dejen su agenda personal y tomen la decisión de desarrollar tu agenda sabiendo que a pesar que no servimos por esperar una recompensa, usted siempre nos recompensa.