La Palabra de Dios en Romanos 8:27-31, nos lleva a entender que antes de que nosotros naciéramos, ya Dios nos conocía y nos había predestinado.

27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

También debemos conocer que el Reino del Señor está en movimiento, por eso es que Jehová siempre nos está sanando, restaurando, haciendo milagros. Así como Dios se mueve, sus hijos, que somos nosotros, tenemos que estar moviéndonos.
De ese modo, es necesario enfocarnos en Cristo, vivir en el propósito de Dios. Nosotros fuimos creados con un llamado y propósito original y eterno en nuestro espíritu.
El llamado es una invitación de Jesús a cumplir el propósito de su Padre y todos los que recibimos a Cristo como Señor y Salvador, fuimos llamados a cumplir con ello.
Los cristianos no podemos preguntarnos ¿Por qué vivo? Si debemos saber que Dios nos creó para que nuestra vida tenga un sentido, debemos ser entendidos de que somos especial para el Padre.
En ese sentido, recordemos que el Espíritu Santo es nuestro ayudador para ser hijos con entendimiento espiritual, ya no pierdas tu tiempo preguntándote qué hacer con tu vida, mejor pide ayuda al Espíritu Santo de Dios, para cumplir con el llamado de Cristo.
Hay un propósito general que es establecer el reino de Dios en la tierra, evangelizando y haciendo discípulos (Mateo 28:19). Cristo murió por toda la humanidad y nos va a usar a nosotros para traer a los huérfanos al Reino.
De igual manera, hay un propósito individual, que se trata de ser diáconos del servicio. La persona que tiene llamado a los cinco ministerios debe morir a todo, porque no es cualquier cosa, se trata de siempre estar disponible para la salvación de las almas.
En el diaconado no es necesario dejarlo todo, pero si, tiene que involucrar a Cristo en todo lo que haga. Invertir tu vida en el propósito de Dios, te hace una persona plena.
Pueblo de Dios, ¿Sabes por qué el diablo anda detrás de ti? Porque eres un hijo que tiene propósito, y eso trae transformación al Reino, trae sanidad y liberación.
En 2 Timoteo 1:1-14, vemos que El apóstol Pablo como padre espiritual, estaba afirmando a Timoteo. Por causa de la imposición de manos de un padre espiritual, el Espíritu Santo saca la cobardía de tu vida y te activa el don de Dios para entender el propósito por el cual Dios te hizo nacer.
El Apóstol Pablo lo que le quiso decir a Timoteo, fue que “lo mismo que impartió el padre en mí, yo lo deposito ahora en ti, ahora guárdalo muy bien”.
Con esta enseñanza vamos a terminar la serie de la Paternidad, que hemos venido hablando en las últimas semanas. Hoy vamos a entender el propósito con el que Dios nos creó.
Hay muchos hijos de Dios que no tienen revelación de su propósito, pero con esta enseñanza, la intención es que usted ya tenga entendimiento de cuál es su propósito en la tierra.
Hermano, el diablo anda tras tu propósito, pero un hijo entendido sabe que su Padre está con él en todo momento y circunstancia, y que nadie está por encima de Él.
Así que, Dios nos diseñó y creó con un propósito, y muchas veces los cristianos quieren hacer lo que todo el mundo hace, olvidando que tienen un propósito eterno en Cristo Jesús, en quién pueden tener seguridad y confianza . (Efesios 3:11-12).
Por lo tanto, les digo que el llamado es para que entendamos que Dios nos hizo con un propósito. Y es el Espíritu Santo quien pone el querer como el hacer en nosotros, podemos decir que es un don de Dios.
Cuando no hay revelación del plan de Dios en su vida, hay un vacío espiritual. Jesús vino a cumplir la voluntad de su Padre y nosotros también.
Hay tres fases del llamado espiritual: el propósito general que es para todos los que han recibido salvación. Está también el propósito individual que se divide en dos: el propósito del diaconado y el de los cinco ministerios, tan como lo dice Efesios 4:11.
Vemos en Hechos 6:1:15, que todos los que tienen un propósito deben ser diáconos del servicio. Entendamos que, Diácono es la persona que sirve a otros; nuestra identidad de hijos está unida a nuestro propósito espiritual.
Entre tanto, cada persona que vive conforme al nivel de su propósito, debe morir a su carne continuamente. Hay talentos y dones que seguramente tú no has desarrollado hasta el momento, pero debes creer con fe que Dios va a usarte de acuerdo a su plan.
La fe y el amor tienen que ir de la mano de una activación de paternidad. Todos ustedes tienen un padre espiritual que va a activar su propósito a través de la imposición de manos.