Cuando nos referimos a las llaves espirituales, hacemos referencia aquello que ya fue desatado en el Espíritu, pero aún no se manifiesta en la tierra. Son las puertas espirituales las que deben ser abiertas con las llaves del Espíritu para ver hecho lo que ya fue desatado en la eternidad.
Existen distintos tipos de puertas, algunas están abiertas, otras cerradas, es por ello que, por lo que debemos tener cuidado y prestar atención a aquellas puertas que nos recuerda el pasado donde vivíamos en nuestra naturaleza y pecado sin conocer a Cristo, y están las puertas de bendición, en donde en el espíritu toda bendición del cielo ya fue hecha para nuestras vidas. Por lo que debemos decidir bien que puerta queremos abrir.
Recordemos como Pablo en Colosenses se refiere a estas llaves cuando pidió que se abrieran ciertas puertas para predicar el evangelio de Jesucristo. Él debía dar a conocer el ministerio de Jesús y necesitaba que ciertas puertas se le abrieran.
Para que se abran ciertas puertas se necesitan ciertas actitudes, se deben hacer cambios. Las puertas no se abren de por sí, debemos romper ciertos paradigmas de nuestra mente y alma.
La certeza y la actitud de que lo eterno ya fue hecho es lo que provoca que las puertas se abran.
Pablo debe llevar un mensaje a miles de personas, él carga la unción, pero le falta la actitud para abrir las puertas de esas naciones, del mismo modo nosotros debemos tomar las llaves de nuestras bendiciones, no podemos buscar la bendición de otra persona, debemos hablar verdad y caminar con actitud.
En Mateo 16:13-19: “13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y sobre esta roca[b] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. “
Este texto nos muestra como Jesús pregunta a la gente por el hijo de Dios, haciendo una pregunta plural ¿Qué dicen las personas de mí?, Pero después hace una pregunta personal ¿Y vosotros quién crees que soy yo? Simón usa una llave, le responde: tú eres el hijo de Dios a lo que Jesús le llama bienaventurado, esto tiene gran peso en el espíritu.
El tener la revelación de quienes somos, tomamos una llave espiritual y así vendrá una afirmación de Dios para tu vida.
Las llaves nos dan identidad y propósito, no se trata de lo que otros piensen y digan de ti, tampoco lo que puedan ver tus ojos naturales, lo que debe prevalecer es lo que Dios piensa, hace y dice de ti.
Debes ser Inteligente y sabio con las llaves que te entrega Dios, cuando Él nos bendice depende de nosotros cuidar la bendición y ser proactivo trabajando en ella. Las llaves en las finanzas es la siembra en el Reino de Dios, nos quiere bendecir, pero nosotros debemos accionar y trabajar en ello.
En 1 Samuel 1:14-18: “14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. 15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. 16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. 17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.”
Cuando entramos en la nueva temporada estamos tomando las llaves del cielo, nuevas oportunidades se nos son entregadas para ser bendecido y prosperado, pero las llaves demandan respeto y obediencia.
Enfócate en las posibilidades, en lo que Dios está hablando para tu vida ¡Porque si Dios lo dijo, Dios lo hará! ¡Existe un mar de oportunidades para tus vidas!