Hay una asignación que tenemos a nivel del cuerpo de Cristo basado en la extensión del Reino de Dios.
Todos nosotros debemos entender que nuestra misión, visión y función es llevar las buenas nuevas para que otros también tengan el privilegio de ser llamado hijos de Dios.
Sabemos que desde hace mucho tiempo se habla de la venida del Señor, pero todavía hay muchas profecías por cumplirse; entre ellas, que Él ha demorado en su venida por amor a las almas, porque hay muchos que no lo conocen.
Para dar cumplimiento al establecimiento del Reino de Dios en la tierra, Jesús en Efesios 4:11-12 estableció un orden para que la iglesia lleve a cabo su llamado y propósito, ejemplo que como ministerio hemos seguido durante nuestro 20 años de servicio.
“11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,“
Si hay algo que debemos entender es que el servicio a Dios no es una competencia, nuestra función está fundamentada en servir por amor a Jesús a las almas como lo menciona 1 Corintios 4:5-7 y Juan 10:41-42
“5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. 6 Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. 7 Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?“
“41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de este, era verdad. 42 Y muchos creyeron en él allí.“
En el mundo existe el método de comparación y de competencia, pero en el Reino de Dios no es así, porque seguimos lo que está en Lucas 7:28
“28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.”
Que hermoso es leer Efesios 4:15-16 y 1 Corintios 12:14-27 porque nos ratifica que cada uno de nosotros somos importante en el servicio de la obra de Dios.
“15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.“
“14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”.
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Toda iglesia tiene su llamado y propósito específico, nosotros sigamos nuestro lema “somos una iglesia diferente” creciendo en la multiforme gracia y amor de Jesús para servir a las almas.
Nuestra función pastoral no es competencia, sino que cada hijo descubra su llamado y propósito, mi asignación es desafiarlos a ir otra dimensión para que juntos sigamos estableciendo el Reino de Dios.
Como hijos debemos preguntarle a Dios cuál es nuestro llamado dentro de su iglesia, una vez que lo descubramos empezar a trabajar en el cuerpo de Cristo y decirle “heme aquí”. Si ya sabes cual es tu asignación y ya estás ejercitándola, sigue fortaleciéndote en el Señor recordando que el servicio que brindamos debe ser por amor.
En esta hora a la luz de la palabra le damos gracias a Dios por que juntos como hijos sabemos que hemos recibido un llamado divino.