Quiero reflexionar sobre lo valioso que somos para Dios, veamos lo que nuestro Padre nos dejó en Mateo 6:26: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”,  y miremos que lindo como Dios nos compara con las aves, pero nos dice que somos mucho más valiosas que ellas.
Jesús hizo un gran sacrificio por lo que quiero profundizar sobre ello y hay personas que menoscaban el poder de la palabra porque nunca la han leído e ignoran su poder.
Si bien sabemos la Biblia es un libro de historia, transformación, amor, promesas y lleno de esperanza. En este libro podemos ver y sentir a Dios cada día.
En la Biblia encontramos que somos importantes para Dios, leamos Juan 1:12: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”,  allí nos declara que somos hijos de Dios y que somos su tesoro.
Un punto importante es que nuestro Padre nunca espera nada a cambio porque todo lo que hace es por amor.
Nosotros como hijos nos equivocamos y pecamos, pero Él permanece fiel y siempre nos espera para lavarnos, porque su amor no se agota.
Si leemos Éxodo 19:5, “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.”, notamos nuevamente lo valioso que somos para Dios.
Para Dios también somos una nación santa, de acuerdo a lo escrito en 1 Pedro 2:9, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”, es por eso que, nos exhorta que nos vivamos conforme a este mundo sino que seamos diferentes conforme a su Palabra.
La Escritura nos enseña que, debemos dejar la vieja manera de vivir conforme a lo señalado en Efesios 4:22, “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,”, solo de esta manera podremos vivir de una forma limpia, diferente y santa.
Ahora pertenecemos a una realeza celestial y gracias a ello nos empiezan a pasar cosas extraordinarias porque somos cabeza y no cola y si estás de último Dios te saca y te coloca de primero.
Papá nos quiere recordar este día que nos ama y que nos hay amor mayor que el suyo, que somos su especial tesoro y que siempre Él estará allí.
No importa lo que estamos viviendo, porque lo mejor de Él está por venir para nuestra vida, cuando entendemos lo valioso y lo importante que somos para Él no venimos delante de su presencia con reclamos o con un pliego de peticiones, sino que expresa su agradecimiento y reconoce que su amor es grande.